Desde niña mi sueño ha sido solamente uno: escribir. Me veo retratando en las mentes lectoras cientos de mundos fantásticos llenos de colores y criaturas extraordinarias, personajes sencillos que lleguen a los corazones y también de esos malvados que nos hacen odiarlos; siempre he trabajado por este sueño, tal vez no con suficientes fuerzas, tal vez, no con suficiente ahínco, pero el sigue vivo y respira latente en mí.
Sin embargo, hace poco tiempo una persona en un puesto de supervisión, un jefe para ser exacta, tuvo las agallas para tomar mi sueño y volverlo un comentario cualquiera. En una sesión de trabajo con mucha inocencia quise externar lo que desde niña sueño, mientras del otro lado de la mesa una voz opresora me gritaba: "No puede tener estilo, si no domina la técnica, olvídese de un libro".
¿Quién demonios es esta bruja malvada para tomar mi sueño y volverlo cenizas en un santiamén? ¿O acaso es mi culpa por dejar que alguien con actitud de tirano se meta en mis pensamientos y arranque de mi un claro objetivo? No sé, pero desde ese momento debo admitir que algo se quebró en mí.
Es decir, probablemente no soy la mejor escritora, no estoy ni cercana a ser best seller o mucho menos a tener más de 100 visitas en mi blog, pero de algo puedo estar segura, no necesito sabotear o minimizar los sueños de los demás para sentirme grande y eso me hace mucho mejor aspirante a escritora de lo que puede ser el dragón de calabozo que quiso desdibujar de mí las ganas de ser lo que sueño ser. Por que, seamos honestos, este autoritario tirano al que nada le parece bien más allá de lo que salga de su propio puño y letra, podrá devorarse las bibliotecas del mundo entero, podrá tener la mejor técnica y un increíble estilo, pero nunca podrá vivir sus sueños mientras necesite hacer trizas las esperanzas de los demás.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Y ya sé que es un tema que se sale por completo del blog, pero no puedo dejar que pasen los días sin que alguien se los diga: "Ustedes pueden ser lo que quieran ser" no importa quien les diga lo contrario, no dejen que nada ni nadie minimice sus sueños, no permitan que alguien ajeno a su vida tome el control de esta. No se dejen de personas que solo viven para matar los anhelos de los demás.
Así que, no importa si quiere ser surfista y no sabe nadar, o si quiere ser actor, cantante o comediante, no importa si solo quiere serlo y nunca lo va a intentar, sea como sea es SU SUEÑO y NADIE tiene el derecho de corregirlo o burlarse.
El mundo está hecho de sueños, no dejemos que las personas que son pesadillas lleguen a arruinarnos la vida y las ganas de pensar que algún día vamos o podríamos ser quien queremos ser.
Mis sueños se detienen hasta el momento en el que yo muera. ¿Y los suyos?
Nat Ch.
Nat Ch.
Muchas gracias por compartir Nathy. De verdad que aprendí cosas nuevas leyéndola.
ResponderEliminarMe encanta lo personal, se siente muy humano y eso me engancha montones. Gracias por compartir esto.
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